19 feb 2013 - tve
Quien quiera comprobar lo frágil que es la memoria, sólo tiene que evocar recuerdos de la infancia con amigos o familiares. En la vida diaria la disparidad de los recuerdos no tendría demasiada importancia, pero cuando se trata de un juicio, o incluso en política, los falsos recuerdos pueden tener consecuencias graves. Nos lo cuenta Antonio L. Manzanero, profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, que publica "Memoria de testigos"