Manzanero, A.L. (2011). El Coliseo de Lavapiés.
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Escena de la obra representada por los actores Rosario Pino,
Francisco Morano, José Rubio, Concha Catalá y Salvador Mora. |
El
Coliseo de Lavapiés fue un teatro popular situado en la calle Ave María, 41-43 (probablemente ahora sería el número 37). En este local se representaban obras de teatro, al tiempo que servía de lugar de acogida para el proletariado de estos barrios que celebraban allí sus mítines (uno de los más mencionados por la prensa de entonces fue la de las cigarreras de la Fábrica de Tabaco;
La Vanguardia, 2 de octubre de 1925). El Coliseo de Lavapiés serviría a modo de escuela de "arte y declamación" según el periódico
La Voz (1923).
Este tipo de locales jugarían un importante papel en la implantación de las ideas ilustradas, que por iniciativa de Francisco Giner de los Ríos (Málaga, 1839 - Madrid, 1915) trataba de fomentar la Institución Libre de Enseñanza (fundada en 1876), mediante la educación popular a través de servicios de biblioteca, el museo del pueblo, el cine, el coro y el teatro del pueblo. Años después, la II República impulsaría estas iniciativas culturales en las zonas rurales a través de las Misiones Pedagógicas (1931-1936), que iban de pueblo en pueblo representando obras clásicas y fomentando la lectura con bibliotecas móviles. En Madrid y otras grandes ciudades, lugares como el Coliseo de Lavapiés cumplieron, unas décadas antes, un papel semejante.
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El Coliseo de Lavapiés,
según ABC (19/08/1979) |
El teatro ligero fue una de las principales actividades de ocio a finales del s. XIX y principios del XX, siguiendo la tradición de los entremeses del Siglo de Oro. Esta actividad sería complementada primero y sustituida después por las proyecciones cinematográficas, a las que se sumarían las tertulias en los cafés y tabernas, en un proceso de democratización de la cultura. Teatro, cine y tertulia tuvieron lugar en el Coliseo. Según afirma Moral Ruiz (2001): “Durante la Restauración asistir al teatro era algo ya introducido en las costumbres de la burguesía madrileña y el repertorio de los principales teatros de la ciudad se nutria de lo que se llamaba el teatro en verso o de declamación; es decir, todo lo que no era cantado, ya fuese en verso, como eran las obras del teatro clásico, o prosa, forma que empezó a prevalecer en dramas y piezas menores a partir de las últimas décadas del siglo XIX”. “A medida que el gusto por el teatro se fue extendiendo los escritores, actores y gentes del medio teatral buscaron la manera de lograr una fórmula que atrajese a un tipo de espectadores más numeroso y heterogéneo. De sus intentos salió como modelo nuevo el teatro por secciones u horas. La innovación consistió en representar en un mismo teatro, en espacios horarios distintos, tres o más obras, de duración breve, con música o sin ella”. Éste sería el tipo de teatro más representado en el Coliseo de Lavapiés.
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Programa del 29 de enero de 1916 |
A través de esos espacios y de la participación de los ciudadanos se despertó una conciencia política que trascendía la identidad de barrio. Tal fue su trascendencia política que en el Coliseo se presentaron algunos de los programas electorales para las Elecciones Generales de 1916. Entre otros, Francos Rodríguez presentaría allí el programa electoral de la Coalición Monárquica el 3 de abril de 1916 (La Vanguardia, 1916).
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Programa del
Coliseo de Lavapiés
del 15 de octubre de 1916. |
Con posterioridad, el
Coliseo de Lavapiés se transformaría en el
Cine Ave María. La función de cinematógrafo ya había tenido lugar allí. De hecho, el Coliseo fue uno de los primeros cinematógrafos de Madrid, surgido a partir de una barraca para proyecciones (Veksler, 2004). El 30 de mayo de 1907 el Coliseo sufriría un incendio mientras se proyectaba la película
Los serenos, resultando heridos una mujer y una niña (ABC, 31 de mayo de 1907). Este tipo de accidentes eran muy
comunes en los teatros y cinematógrafos de la época. Fue especialmente dramático el incendio que tuvo lugar en el Teatro Novedades el 23 de septiembre de 1928 donde murieron 67 personas.
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Miguel Bermejo |
Uno de los organizadores de estas veladas teatrales fue Miguel Bermejo García (Valladolid, 1884 – Madrid, 1972), ocasionalmente también actor. Miguel Bermejo se dedicaba profesionalmente al diseño y construcción de escaleras y participó en la edificación de la Plaza de Toros de las Ventas, el Ministerio de Fomento (hoy de Agricultura) y el edificio Marqués de Amurrio de la calle Miguel Ángel de Madrid. Su padre, Gregorio Bermejo García, ebanista de profesión, también tendría cierta vinculación con el teatro, colaborando esporádicamente en la elaboración de algunos decorados.
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Carmen Casas |
Entre los actores aficionados que interpretaron algunas de las obras representadas en el Coliseo de Lavapiés nos encontramos a Carmen Casas (Madrid, 1879-Madrid, 1960), procedente de una familia oriunda del madrileño pueblo de Navalcarnero y muy ligada a la cultura popular de la época, en cuyo seno nació el pintor Jesús Casas (Navalcarnero, 1911-Navalcarnero, 2004) y el torero Félix Colomo (Navalcarnero, 1913-Madrid, 2001), que tras su retirada regentó Las Cuevas de Luis Candelas y la Posada de la Villa.
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Referencias
Azcoaga, E. (1979). El "Coliseo de Lavapiés".
ABC, 19 de agosto, pp. 116-117.
La Voz (1923).
El "coli" de Lavapiés. Escuela de "arte y declamación". 6 de enero, pp. 2.
Moral Ruiz, C. (2001). Ocio y esparcimiento en Madrid hacia 1900.
Arbor CLXIX, 666, 495-518.
Veksler, B. (2004). Lavapiés: pasado, presente y futuro de un barrio cosmopolita. Madrid: Vision Net