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Tres neurobiólogos ganan el Premio Príncipe de Asturias de Investigación 2011

El jurado distingue a Joseph Altman, Arturo Álvarez-Buylla y Giacomo Rizzolatti por su "descubrimiento de la regeneración de neuronas en adultos y de las neuronas espejo", lo que "ha cambiado nuestra forma de entender el cerebro"

EL PAÍS - Madrid - 25/05/2011
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La candidatura conjunta de tres neurobiólogos, el estadounidense Joseph Altman, el mexicano Arturo Álvarez-Buylla y el italiano Giacomo Rizzolatti, ha ganado el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2011, según el fallo del jurado dado a conocer hoy en el Hotel de la Reconquista de Oviedo. El tribunal ha distinguido a los tres científicos por su "descubrimiento de la regeneración de neuronas en cerebros adultos -un proceso conocido como neurogénesis- y de las neuronas espejo". Sus hallazgos figuran "entre los más importantes de la neurobiología, cambiando nuestra forma de entender el cerebro, desde los tiempos del profesor Santiago Ramón y Cajal", señala el jurado, que destaca que "estas investigaciones abren nuevos caminos para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el parkinson, así como para la comprensión y el posible tratamiento del autismo".
Siendo investigador independiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en los años 60, Altman descubrió la regeneración de neuronas en mamíferos adultos (neurogénesis), sugiriendo que estas nuevas neuronas desempeñan un papel crucial en los procesos de la memoria y el aprendizaje, lo que apoya el concepto de plasticidad cerebral, dice el acta del jurado. Este hallazgo recibió muy poca atención por parte de la comunidad científica hasta que en los años 90 se demostró la veracidad de su teoría. Se ha comprobado que en varias especies, durante la etapa postnatal y a lo largo de toda la vida, continúan generándose nuevas neuronas.
Álvarez-Buylla, investigador y profesor de Anatomía y Neurocirugía en la Universidad de California-San Francisco, "ha identificado los mecanismos fundamentales inherentes a la neurogénesis y las células gliales como progenitoras de nuevas neuronas, así como la migración en cadena de estas últimas a diferentes zonas del cerebro, aportando así nuevas pistas sobre el origen de los tumores cerebrales", explica la Fundación Príncipe de Asturias en su página web.
Mientras estudiaba la relación entre el sistema motor y las funciones cognitivas a principios de los 90, Rizzolatti descubrió en el cerebro de los monos un tipo de neuronas que se activaban no solo cuando el individuo realizaba una acción concreta, sino también cuando observaba a un congénere realizar la misma acción. Denominadas neuronas espejo, "este hallazgo inició una revolución en la comprensión del modo en que se interactúa con los demás", afirma la Fundación Príncipe de Asturias. Investigaciones posteriores demostraron el papel de estas neuronas en el ser humano y sus distintas implicaciones en las capacidades sensoriales y el desarrollo del lenguaje y la comunicación. "Las neuronas espejo son las que permiten explicar la imitación y la empatía. Del mismo modo, un déficit de las mismas puede ser responsable de varios síntomas del autismo. Estas neuronas proporcionan un marco adecuado para la comprensión de los mecanismos subyacentes a la empatía emocional, imitación, comunicación y nuestro comportamiento social", apunta la Fundación.
Al Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2011, concedido el año pasado a los investigadores David Julius, Linda Watkins y Baruch Minke por sus trabajos en el campo de la neurobiología sensorial, optaban 41 candidaturas procedentes de 20 países.
Este es el cuarto de los ocho Príncipe de Asturias que se otorgan este año, en que cumplen su trigésimo primera edición. El miércoles pasado fue concedido el de Comunicación y Humanidades a la Royal Society de Londres, una de las sociedades científicas más antiguas del mundo. También han sido distinguidos el psicólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Harvard Howard Gardner (Ciencias Sociales); y el director de orquesta italiano Riccardo Muti (Artes). En las próximas semanas se fallarán el de Letras y Cooperación Internacional. El Príncipe de Asturias de los Deportes y el de la Concordia se conocerán en septiembre.
Cada premio está dotado con 50.000 euros, una escultura creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones, y un diploma y una insignia acreditativos.