19/09/2018
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Las agencias de financiación científica de once países europeos –entre ellos no está España– anuncian que solo publicarán sus resultados en revistas de acceso gratuito a partir de 2020
La medida pone en jaque al actual modelo de revistas científicas, ya que tan solo el 15% de las publicaciones son de acceso abierto
La Comisión Europea apoya el plan y el Comisario de Investigación ha instado al Parlamento y al Consejo Europeo a respaldar la iniciativa
"Para 2020, las publicaciones científicas que resulten de investigaciones financiadas mediante subvenciones públicas otorgadas por las organizaciones firmantes deberán publicarse en revistas o plataformas de libre acceso". El pasado 4 de septiembre, las agencias nacionales de financiación de la ciencia de once países europeos anunciaron el lanzamiento de una iniciativa para "hacer realidad el acceso abierto pleno e inmediato a las publicaciones científicas". La medida supone un último esfuerzo para forzar un cambio en el mercado de las revistas científicas, tras años de infructuosos esfuerzos.
"Han pasado 15 años desde la Declaración de Berlín y el acceso abierto está aún lejos de ser una realidad", ha asegurado en un comunicado Marc Schiltz, presidente de Science Europe y uno de los promotores de la iniciativa. Por eso, asegura este investigador, "me complace anunciar que un grupo central de organizaciones se hayan comprometido a dar un paso decisivo para cambiar la situación".
Una transformación excesivamente lenta
El ambicioso plan propuesto ha sido firmado por 11 de las 18 agencias nacionales de financiación europeas (entre las que no se encuentra España), que representan conjuntamente más de la mitad del flujo de financiación que manejan los miembros de Science Europe, y pretende dar impulso a un cambio de modelo que se ha ido desinflando en los últimos años.
A pesar de que desde 2003 más de medio millar de instituciones han firmado la Declaración de Berlín sobre el acceso abierto al conocimiento y de que en mayo de 2016 el Consejo Europeo de Ministros fijó como objetivo para 2020 que todos los estudios científicos financiados con dinero público aparecieran en revistas de acceso gratuito, la realidad es que el modelo de negocio dominante sigue siendo el de publicar artículos en revistas de pago y los objetivos marcados por las instituciones europeas están lejos de ser alcanzados.
Según un informe publicado el pasado año por el proyecto OpenAIRE de la Comisión Europea, "las actuales intervenciones políticas en Europa no son suficientes ni para alcanzar el objetivo del acceso abierto inmediato de aquí a 2020, ni para mejorar significativamente la competitividad del mercado". Los datos recopilados indican que el crecimiento del mercado de acceso abierto crece a un ritmo inferior al 15% anual, cuando debería hacerlo a una tasa superior al 25% para que se cumplieran los plazos marcados.
En la actualidad tan solo el 15% de las revistas científicas publica sus contenidos en acceso abierto y el informe destaca que "los autores carecen de incentivos reales para cambiar a las publicaciones de acceso abierto" y señalan que tampoco existe "ningún imperativo comercial para que los editores cambien las suscripciones a las revistas por un modelo de negocio de acceso abierto".
Apoyo de la CE y reticencias de la industria
El acuerdo ha contado con el apoyo explícito del Comisario de Investigación, Carlos Moedas, quien ha felicitado a través de un comunicado a los organismos que ya se han comprometido con el proyecto y ha animado "encarecidamente a otros a que lo hagan lo antes posible". Además, Moedas ha instado "al Parlamento y al Consejo Europeo a que apoyen este enfoque".
Sin embargo, la iniciativa no ha sido bien recibida por la industria editorial, que ha expresado su preocupación por las posibles consecuencias de este acuerdo, dado que los investigadores no tendrán permitido publicar en el 85% de las revistas. En este sentido, la Asociación Internacional de Editores Científicos, Técnicos y Médicos ha asegurado a través de un comunicado que "es vital que los investigadores tengan la libertad de publicar en el medio de su elección".
En la misma línea se ha expresado uno de los gigantes del sector, la editorial Springer Nature, a través de las declaraciones de un portavoz al portal ScienceInsider, asegurando que esta iniciativa "socava todo el sistema editorial de investigación" y que "perjudicaría a los investigadores y afectaría a la libertad académica".
Además, la iniciativa llega en un momento en el que la industria editorial se encuentra en medio de una complicada negociación para la renovación de los acuerdos de suscripción con varios países, entre los que destacan Alemania y Suecia. Ambos se han negado a renovar sus suscripciones con Elsevier y el pasado mes de julio el grupo anunció que cortaba el acceso de ambos países a sus revistas.
La negociación de los acuerdos de suscripción también ha resultado polémica en España, donde se ha criticado la falta de transparencia institucional a la hora de saber cuánto están pagando las instituciones científicas por la suscripción a las revistas. El periodista de El Confidencial Antonio Villarreal ofreció una estimación del gasto en nuestro país, asegurando que " España gasta anualmente unos 25 millones de euros en suscripciones a Elsevier, una cantidad que duplica o triplica el gasto de otros países europeos".
Un mercado de 10.000 millones de dólares
Según cifras de la propia asociación de editores, los ingresos anuales generados por la publicación de revistas sobre ciencia, tecnología y medicina están en torno a unos 10.000 millones de dólares anuales. Sin embargo, la mayor parte del negocio corresponde a un pequeño grupo de cinco editoriales que controlan más de la mitad del mercado mundial, entre las que se destacan Elsevier y Springer Nature. La asociación de editores estima que la industria editorial emplea a unas 110.000 personas en todo el mundo y que entre 20.000 y 30.000 trabajadores reciben apoyo indirecto de la industria.
"Han pasado 15 años desde la Declaración de Berlín y el acceso abierto está aún lejos de ser una realidad", ha asegurado en un comunicado Marc Schiltz, presidente de Science Europe y uno de los promotores de la iniciativa. Por eso, asegura este investigador, "me complace anunciar que un grupo central de organizaciones se hayan comprometido a dar un paso decisivo para cambiar la situación".
Una transformación excesivamente lenta
El ambicioso plan propuesto ha sido firmado por 11 de las 18 agencias nacionales de financiación europeas (entre las que no se encuentra España), que representan conjuntamente más de la mitad del flujo de financiación que manejan los miembros de Science Europe, y pretende dar impulso a un cambio de modelo que se ha ido desinflando en los últimos años.
A pesar de que desde 2003 más de medio millar de instituciones han firmado la Declaración de Berlín sobre el acceso abierto al conocimiento y de que en mayo de 2016 el Consejo Europeo de Ministros fijó como objetivo para 2020 que todos los estudios científicos financiados con dinero público aparecieran en revistas de acceso gratuito, la realidad es que el modelo de negocio dominante sigue siendo el de publicar artículos en revistas de pago y los objetivos marcados por las instituciones europeas están lejos de ser alcanzados.
Según un informe publicado el pasado año por el proyecto OpenAIRE de la Comisión Europea, "las actuales intervenciones políticas en Europa no son suficientes ni para alcanzar el objetivo del acceso abierto inmediato de aquí a 2020, ni para mejorar significativamente la competitividad del mercado". Los datos recopilados indican que el crecimiento del mercado de acceso abierto crece a un ritmo inferior al 15% anual, cuando debería hacerlo a una tasa superior al 25% para que se cumplieran los plazos marcados.
En la actualidad tan solo el 15% de las revistas científicas publica sus contenidos en acceso abierto y el informe destaca que "los autores carecen de incentivos reales para cambiar a las publicaciones de acceso abierto" y señalan que tampoco existe "ningún imperativo comercial para que los editores cambien las suscripciones a las revistas por un modelo de negocio de acceso abierto".
Apoyo de la CE y reticencias de la industria
El acuerdo ha contado con el apoyo explícito del Comisario de Investigación, Carlos Moedas, quien ha felicitado a través de un comunicado a los organismos que ya se han comprometido con el proyecto y ha animado "encarecidamente a otros a que lo hagan lo antes posible". Además, Moedas ha instado "al Parlamento y al Consejo Europeo a que apoyen este enfoque".
Sin embargo, la iniciativa no ha sido bien recibida por la industria editorial, que ha expresado su preocupación por las posibles consecuencias de este acuerdo, dado que los investigadores no tendrán permitido publicar en el 85% de las revistas. En este sentido, la Asociación Internacional de Editores Científicos, Técnicos y Médicos ha asegurado a través de un comunicado que "es vital que los investigadores tengan la libertad de publicar en el medio de su elección".
En la misma línea se ha expresado uno de los gigantes del sector, la editorial Springer Nature, a través de las declaraciones de un portavoz al portal ScienceInsider, asegurando que esta iniciativa "socava todo el sistema editorial de investigación" y que "perjudicaría a los investigadores y afectaría a la libertad académica".
Además, la iniciativa llega en un momento en el que la industria editorial se encuentra en medio de una complicada negociación para la renovación de los acuerdos de suscripción con varios países, entre los que destacan Alemania y Suecia. Ambos se han negado a renovar sus suscripciones con Elsevier y el pasado mes de julio el grupo anunció que cortaba el acceso de ambos países a sus revistas.
La negociación de los acuerdos de suscripción también ha resultado polémica en España, donde se ha criticado la falta de transparencia institucional a la hora de saber cuánto están pagando las instituciones científicas por la suscripción a las revistas. El periodista de El Confidencial Antonio Villarreal ofreció una estimación del gasto en nuestro país, asegurando que " España gasta anualmente unos 25 millones de euros en suscripciones a Elsevier, una cantidad que duplica o triplica el gasto de otros países europeos".
Un mercado de 10.000 millones de dólares
Según cifras de la propia asociación de editores, los ingresos anuales generados por la publicación de revistas sobre ciencia, tecnología y medicina están en torno a unos 10.000 millones de dólares anuales. Sin embargo, la mayor parte del negocio corresponde a un pequeño grupo de cinco editoriales que controlan más de la mitad del mercado mundial, entre las que se destacan Elsevier y Springer Nature. La asociación de editores estima que la industria editorial emplea a unas 110.000 personas en todo el mundo y que entre 20.000 y 30.000 trabajadores reciben apoyo indirecto de la industria.
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Nota:
Como Editor-Jefe de una publicación científica, el Anuario de Psicología Jurídica, me gustaría reconocer la labor del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP-M), una de las principales editoras de publicaciones científicas en España, por su apoyo a la edición de las revistas en acceso libre y gratuito. Siempre hemos apoyado que la ciencia debería ser trasparente y para eso es fundamental que la divulgación no esté limitada. Restringir el acceso al conocimiento científico a los investigadores de países con menores medios económicos va en contra del avance científico. El Anuario de Psicología Jurídica es una revista de acceso libre que estuvo co-editada durante unos años por la Editorial Elsevier. Actualmente el Anuario se publica únicamente por el COP-M precisamente para que siga siendo de acceso libre. El lector no paga nada, pero el autor tampoco.
Acceso libre para el lector pero pago para el autor
Existen dos tipos de revistas de acceso libre en función de si los autores costean o no los gastos de la publicación. Varias razones éticas nos hacen considerar perverso el sistema de pagar para publicar: a) No parece adecuado que el primer requisito para poder publicar en determinadas revistas sea abonar unas tasas que en muchos casos superan los 2.000 euros. El criterio básico para publicar no sería la calidad de tu trabajo sino el dinero que tengas para que te lo publiquen. b ) Este sistema podría entrar en colisión con el rigor en la aplicación de los estándares de calidad de los trabajos publicados. c) Supone un coste inasumible para muchos investigadores y las instituciones a las que pertenecen, y el coste de publicación se detrae de los recursos de investigación, muchas veces escasos.
Por todo ello, apoyamos el acceso libre y gratuito a las publicaciones científicas, pero sin coste para los autores.
Antonio L. Manzanero